Convento de La Coria:
Brillante testimonio de la recuperación del patrimonio histórico y cultural del siglo XV
El Convento de San Francisco el Real de la Puerta de la Coria, conocido popularmente como Convento de La Coria, data del siglo XV, siendo en origen convento de monjas de la Tercera Orden Regular franciscana. Está ubicado dentro del Conjunto histórico de la ciudad de Trujillo, sobre las murallas y junto a una de sus puertas, la que partía el camino que conduce a la ciudad de Coria. A ello responde su nombre actual.
El Convento fue abandonado por su comunidad durante la Guerra de la Independencia y desde entonces, el convento fue sufriendo un proceso de ruina progresiva hasta que en el año 1969 el profesor Xavier de Salas y Carmen Ortueta lo adquirieron y emprendieron las labores necesarias de desescombro, consolidación de cimientos y restauración pausada hasta 1981, fecha en que el edificio fue donado para sede de la Fundación Xavier de Salas. Esta primera fase de restauración fue posible gracias al apoyo de entidades como el World Monuments Fund, el Comité Conjunto Hispano-norteamericano para la Cooperación Cultural y Científica, la Kress Foundation, la Dirección General de Bellas Artes del Ministerio de Cultura y el Instituto de Cooperación Iberoamericana.
Entre los años 1999 y 2001 se llevó a cabo la recuperación de nuevos espacios del Convento gracias a la financiación del Programa Interreg II y la colaboración del Ministerio de Cultura, la Fundación Hispania Nostra, la New Mexico Heritage Preservation Alliance y la Fundación Caja Madrid.
La rehabilitación del edificio ha constituido algo más que el esfuerzo por lograr una sede digna para las actividades de la Fundación. Se trata de un aspecto más del esfuerzo que marcan sus Estatutos por recuperar el pasado. Por ello, si bien el edificio restaurado se adapta a las exigencias de la vida moderna, siempre se ha querido que refleje la tradición arquitectónica y artesana de la que surgió. De esta forma, ha sido posible llevar a cabo una restauración importante contando con las técnicas de albañilería, cantería, herrería, y en menor grado, de carpintería que se han utilizado secularmente. Estos trabajos además han permitido poner a salvo numerosas piezas rescatadas de derribos que, de lo contrario, se hubieran perdido, y que incorporándose al Convento de La Coria ocupan un lugar acorde a su importancia estética e histórica. En todo momento los criterios de intervención han venido marcados por la aplicación de la doctrina del Consejo de Europa sobre la utilización de materiales y técnicas tradicionales. Además de la obra civil se realizaron los estudios históricos y arqueológicos que han permitido un mejor conocimiento del edificio.
Según se ha ido avanzando en la recuperación de los espacios antes en ruinas se han podido destinar a los distintos usos que reclaman las actividades de la Fundación. La labor de difusión se materializa sobre todo en el Museo didáctico y la Muestra Iberoamericana de Artesanía, que ocupan gran parte de las zonas recuperadas, mientras que otras salas se destinan a aulas de formación y otros espacios al servicio de los actos de la Fundación o de otras instituciones. Para el apoyo y el fomento de la investigación se ha creado una biblioteca y archivo con numerosos fondos documentales. Además se han acondicionado otros espacios para acomodar la infraestructura administrativa de la Fundación y las necesidades de sus programas y actividades.